viernes, 31 de agosto de 2012

¡Felicidades vidita!


Hoy es un día muy especial. Y lo es porque cumple años una persona muy especial por sí sola... y muy especial para mi.

¿Y por qué le dedico un post? Porque siempre me lee y me dice que le gusta lo que escribo... y me hace sentir como la mejor de las escritoras... y lo pone al alcance de toda la gente a la que conoce... y yo la quiero todavía un poquito más, cuando parece que ya no podría...

Hace mucho tiempo que conozco a Ana. Aunque nunca es suficiente.
Nos conocimos el primer día que nuestros pies pisaron la facultad... y no nos hemos separado desde entonces. Es cierto que nos vemos mucho menos (¡Ojalá pudiésemos mantener el ritmo de visita diario!), pero es de ese selecto grupo de personas por el que siento que si no hablo con ellas en mucho tiempo, "no pasa nada", porque sigo sintiendo lo mismo, sigo queriéndola igual, sigo deseándole lo mejor... y cuando vuelvo a verla... es como si no hubiese pasado el tiempo... Seguimos siendo las mismas de hace años, con las mismas bromas, las mismas tonterías y los mismos achuchones.

Ana es, ante todo, una buena persona.
Es nerviosa, aunque parece que con los años se ha tranquilizado algo.
Es lista.
Es trabajadora.
Es divertida.
Se pica con facilidad.
Es cariñosa. Muy cariñosa.
Es muy sensible.
Es leal.
Es sexy.
Es fiestera.
Es casera.
Es familiar.
Es detallista.
Es cabezota.
Es generosa.
Es empática.
Es todo lo bueno que se pueda decir de alguien... Es ella. Es mi vidita. Es Ana.

¿Por qué "mi vidita"? Hace tiempo descubrimos que en nuestras familias, y en nuestras vidas, había una serie de coincidencias que eran señal inequívoca de que llevábamos vidas paralelas... Así que, desde ese momento, siempre la he llamado así. Y siempre lo haré.

Con la edad con la que nos conocimos no es tan normal, como cuando eres pequeño, conocer a la familia de tus amigos; esa norma no va con la familia de Ana.
Los Palacio Sierra son tremendamente acogedores, encantadores... y el resto de la familia también, porque son muchos... y conozco a alguno que otro.
Ana no sería la que es sin su famiia. Por lo menos, yo no me la imagino desligada de Laura (su hermana), o de sus padres.
Son una piña, con muchas cosas en común, muchas cosas que les diferencia, pero con un amor sobrehumano por encima de todo.
Tampoco me imagino a las denominadas "Hermanísimas" por un compañero de la facultad, lejos del resto de la familia. Un grupo enorme de gente de todas las edades con muchas ganas de estar juntos y de pasarlo bien. ¡Qué cumpleaños! ¡Qué celebraciones!

Ana es como es por toda la gente que tiene alrededor... pero, sobre todo, por ella misma.
Es única, inigualable e irrepetible.
Tiene una cara tan expresiva que, sólo mirándola, sabes qué tal está.
Tiene las manos suaves y desinteresadas.
Hace unas cosquillitas espectaculares.
Le encanta bailar.

Es mi vidita... y después de escribir de ella un rato, cuando parece que no puedo quererla más... resulta que sí.

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