lunes, 7 de octubre de 2013

Aviso de Fraude con su Sonrisa

Estoy muy enfadada.
O triste. Todavía no lo tengo claro.
Hace unos días me llegaron un par de mensajes al móvil en los que me daban un código de seguridad para efectuar una compra que se supone que yo estaba realizando por internet.
Por supuesto, yo no estaba comprando nada, y lo primero que hice fue llamar a mi banco para bloquear la tarjeta y denunciar el fraude que se estaba realizando con mi plástico.
Después de trámites pesados y aburridos, de ir de un lado a otro... hice todo lo que tenía que hacer, a saber (por si os pasa, que espero que no):

-Cancelar la tarjeta en cuestión lo antes posible y denunciarlo al banco.
-Rellenar el formulario que os facilitarán bien por correo electrónico, bien en una sucursal (os recomiendo esta opción; los cargos que os harán suelen ser en otros países y si consultáis vuestra cuenta a través de internet, no tendréis los movimientos actualizados... y necesitaréis que os los faciliten desde el banco).
-Presentar el formulario en una oficina y PEDIR UNA COPIA DE LOS MOVIMIENTOS SELLADA PARA HACER LA DENUNCIA EN LA POLICÍA.
-Acudir a una comisaría a efectuar la denuncia con el papel del banco (los movimientos sellados que acabo de mencionar).
-Llevar la denuncia de la Policía a la sucursal (ellos se quedarán con una copia y os devolverán el original), por lo visto, esto se hace para que te devuelvan el dinero según me dijeron en comisaría... No sé por qué en mi banco este detalle lo omitieron... (tampoco sé si es imprescindible o no para la regularización de los movimientos, mantengamos el beneficio de la duda...)
Y ya...

Se supone que así se inicia la investigación en la que se comprueba que yo no he hecho nada, que no he ordenado, ni me he beneficiado de esas compras, etc, etc... Y claro, a mi lo que más me interesaba, después de saber que si todo va bien (no tengo ningún motivo para creer que no va a ser así) me devuelven la pasta... Era entender cómo coño, si la tarjeta ha estado siempre conmigo, había comprado en Singapur, China, Estados Unidos...
Si me la han pillado por internet en alguna compra no segura... Pues mira, bueno que bueno... No compro en sitios raros, pero nunca se sabe. Pero lo que me enfada y me entristece es que me la hayan duplicado.

Sé que no es nada personal. Que no me lo han hecho por ser yo quien soy; pero... asumo que la persona que duplica una tarjeta es quien tiene acceso a ella, por tanto, quien te cobra; y yo soy muy amable con los camareros y/o dependientes. Siempre les sonrío porque les tengo especial simpatía; porque me cae mal la gente que no es educada con ellos y a lo mejor, por eso, les sonrío un poquito más.
Y me parece indignante que alguien a quien yo esté mirando a la cara, sonriendo y con quien esté siendo encantadora me esté apuñalando, sin sentirse, si quiera, un poquito mal.
Me parece una vergüenza que alguien tenga tanta cara dura y tan pocos escrúpulos que pueda estar esos segundos que dura la transacción real (y el rejonazo que te está dando) ahí, delante de ti, sin cambiar la cara, que te de tu ticket y los buenos días, las buenas tardes o las buenas noches.
No, cabrón, buenas serán al que le vas a dar mi tarjeta, que le va a levantar 800 pavos al banco.
O buenas serán para ti, que te van a pagar por cada banda magnética que entregues si estás metido en alguna mafia...
Pero para mi... ¿Para mí? ¡Nada más que inconvenientes, desgraciado!

¿Y ahora qué? ¿A desconfiar hasta de mi sombra? ¿A pagar en efectivo por los siglos de los siglos? ¿A sonreír de menos?

Me da mucha pena.


2 comentarios:

  1. Bueno, Carlis... de gente mala está llena el mundo (te lo dice una que recibió hachazo en la puerta de su casa tras un año de torturas) pero también de gente buena. No es que tengas que desconfiar hasta de tu sombra... lo que tienes que hacer es ser siempre amable con todo el mundo, como eres, y esperar que las cosas vengan bien dadas... y si no es así, bueno, habrá que hacer papeleo... que se quede en eso, en el papeleo. Un besote, guapa, y ánimo, que sé que estas cosas duelen.

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    1. Gracias Sandris... La verdad es que tienes razón, sólo con prestarme tanta atención, leyéndome y perdiendo tu tiempo en escribirme, me demuestras no sólo que por cada "malo" hay un "bueno", sino que la cantidad de la cualidad de la gente buena es mayor que la de la otra; es decir, la buena es más buena que mala la mala... :) Y claro, así es fácil ser amable, tan bien rodeada... :)
      Gracias siempre, eres un sol.
      :):):)

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